El Blog de Emilio Matei

viernes, 26 de abril de 2013

Armas por la tarde

Nunca me opuse a las armas de juguete. Siempre consideré a la violencia como una de las pasiones humanas y por lo tanto que hay que lidiar con ella, mal que nos pese. Pero aceptar su existencia no implica dejarla actuar sin límites.
Un arma de juguete, como cualquier otro juguete, es parte de la relación entre el juego infantil y la adultez. Habla de aventura, agresión y autodefensa y ningún niño, que yo conozca, se volvió asesino por jugar con armas de juguete. Si no yo, que pertenezco a una generación de émulos de cawboys, sería parte de una generación de asesinos. Y en todos los casos que vi a padres fundamentalistas en ese sentido, vi a hijos apuntando con armas tal vez tan sencillas como el dedo índice convertido en pistola.

Horario de protección al menor

Pero una cosa es jugar con armas de juguete y otra muy diferente es hacer la apología de las armas verdaderas. Y esa apología se hace, sin ningún pudor ni tapujo, en los canales del cable llamados culturales. Para ser más preciso, en National Geographic, Discovery y History Channel.
Durante las tardes se pasan una cantidad de programas sobre el uso de armas. Los hay de pruebas de armas históricas, de máquinas de tortura en diversos momentos de la historia, que nunca pasan por Guantánamo o Abou Ghraib, por cierto, modificación de armas para obtener más potencia, más penetración, mayores daños en las víctimas, sean vehículos o personas, mejores silenciadores, etc. etc. etc. Los blancos pueden ser modelos de seres humanos hechos de gelatina o cerditos muertos, que en todos los programas aclaran que son lo más parecido a un ser humano que se puede usar para ver los daños que produce un arma. De más está decir cuáles son los comentarios de los participantes de estos programas cuando los daños son terribles. Comentarios del tipo de: esto le habría arrancado un brazo, o una pierna, o le hubiera hecho estallar la cabeza como una sandía, son habituales. Todos precedidos por el consabido ¡WOW! de admiración excitada gritado a coro por los participantes de la prueba.



Con toda picardía los usuarios de estas armas son de lo más variado. No se trata de gigantes tipo mercenario en África, que también los hay. Hay muchas mujeres, lindas y feas, jóvenes y viejas, tipos con cara de mecánicos y otros con caras de intelectuales anteojos incluidos, algunos con pinta de deportistas y otros de campesinos. Toda tipología está representada, como si el amor a las armas fuera tan común a todo tipo de persona o, mejor dicho, como si fuera natural en toda persona el amor las armas.
Hay hasta programas que hacen competencias para construir cañones con los materiales más variados. Dos o más equipos compiten con los mismos materiales para fabricar un cañón que luego se prueba y se critica. Se muestra el uso de cañones de bronce, hierro, madera, automáticos, primitivos, miniaturas y de todo tipo imaginable.
La cámara lenta muestra, con gran despliegue estético, como explotan granadas, bombas, automóviles o aviones y casas. Hasta hay un programa cuyo objetivo es divertirse destruyendo cosas de la manera más espectacular posible. Por último, hay programas en las que vendedores expertos en locales de venta de armas cuentan con detalle ventajas y desventajas de tal o cual arma para tal o cual uso.

Todo esto en horarios en que nuestros chicos y sobre todo adolescentes, si llegan a estar enfermos o no van al colegio, podrán instruirse y tomar conciencia de que las armas no son malas en sí, son divertidísimas y apasionantes, y a lo sumo no son peores que quien las usa, como se dirá alguna vez si hace falta justificar la barbaridad de promoverlas de modo tan espectacular.

miércoles, 24 de abril de 2013

Violencia verbal II

Hay una utilidad que tiene la violencia verbal de las canchas de fútbol, la salida de los boliches nocturnos, cuando la droga y el alcohol priman, y, estos últimos tiempos, las manifestaciones antigubernamentales. En principio se trata de una acción de masas y como tales deben ser analizadas. La utilidad es que sirven para saber qué hay por debajo de lo que la educación oculta o limita en los sectores más violentos de la sociedad. Y es un racismo profundo, una falta completa de ecuanimidad respecto al otro. Una verdadera tolerancia cero.

La sensación que tengo es que el inconsciente sale afuera sin ninguna limitación. La porquería que nuestra sociedad juntó debajo de la alfombra se pone en evidencia en estos individuos a la búsqueda de un chivo expiatorio para sus frustraciones. En realidad una de las formas más evidentes de la cobardía.

Agredido
¿De qué es culpable la víctima? Para los violentos, por estar en contra de ellos, de su nacionalidad y de sus preferencias sexuales. La verdad es que mirando los hechos sin prejuicios, el único valiente es la víctima, ya que es la que enfrenta desde su soledad a muchos. La resultante sería de una clara discriminación positiva producida por el ataque de muchos contra uno: los putos son los más valientes, los migrantes nacidos en los países que nos rodean son los más valientes, y ni que hablar cuando reúnen las dos condiciones. Generalización absurda a la que lleva la generalización de los patoteros.

Los más valientes, los que enfrentan a las hordas descontroladas; que suelen tener esas actitudes que vistas de afuera parecen un avanzar retrocediendo o un retroceder avanzando, indecisión propia de una banda de cobardes, hasta que la más bestia de las bestias, el menos cobarde entre los cobardes, si juntó suficiente apoyo moral, da la primer patada o el primer palazo; son tratados de cagones, maricones y putos. Un solo muchacho frente a una multitud enardecida resulta ser cobarde y homosexual, las máximas categorías repudiables para una masa descontrolada. Aunque su valentía sea tan evidente que raye con la temeridad.

 Susan Sontag
Cuando fue el atentado a las Twin Towers una de las acusaciones que se hacía a los terroristas era la de cobardes. El cobarde atentado, se repetía una y mil veces. La notable intelectual norteamericana Susan Sontag dijo que de los terroristas se podía decir de todo pero no que fueran cobardes. No es un cobarde una persona que entrega su vida por su ideología. Podrá estar alienado o chiflado, pero no es un cobarde.
Pero qué se puede esperar de una sociedad que trata de valientes servidores públicos a los que, en grupos enormes, armados hasta los dientes, equipados hasta el absurdo, atacan al supuesto asesino que como mucho tiene un revólver o un rifle y se protege de las balas de alta potencia y granadas de diverso tipo detrás de una mesa de cocina volcada. La verdad es que el héroe americano, ese individualista e iluminado que lucha sólo contra toda una invasión extraterrestre, se convierte en maldito cobarde cuando tiene enfrente al FBI o a SWAT.
Dejando de lado a la hipocresía, si una sociedad debe defenderse de asesinos lo debe hacer en modo eficiente y eso no tiene nada que ver con la valentía.

En síntesis, las palabras que usan los vándalos y los patoteros para atacar a los extranjeros o a los que no comparten su ideología, dicen mucho sobre el estado de salud de una sociedad y cuáles son códigos ocultos. 

lunes, 22 de abril de 2013

Soportar la violencia verbal

Hace tiempo que se discute sobre la violencia verbal en las canchas de fútbol. Muchas veces hasta se la apaña y se la justifica: son cosas del fútbol, se dice. Pero cuando se asesina gente a la salida de los partidos o cuando se tira a alguien en un estadio desde alturas homicidas, todos se rasgan las vestiduras.

Qué se va a hacer, el fútbol es así

 La violencia, siempre insisto con esto, no afecta a todos del mismo modo. Y hay una especie de ley nunca expresada que dice que el atacado responde como suele responder según el modo en que se vio afectado y no como los demás pretenden. Una especie de derecho natural del agredido que si bien las leyes no contemplan, la realidad sí. ¿Quién decide si la fuerza de respuesta fue excesiva? Normalmente la justicia. Porque necesita alguna manera de evaluar por más que esa evaluación casi nunca tenga en cuenta cuánto el sujeto de la primera agresión fue afectado por esta. O, muchas veces, cómo es afectado según sus propias pautas culturales que pueden no ser la de uso más general si se trata de un extranjero o una persona criada lejos de donde la violencia se ejerce.
La violencia no es flolcklore, hay que apuntar a evitar todo tipo de violencia por más humana que sea teniendo en cuenta que aceptar la violencia como una forma de expresión de las pasiones humanas no implica de forma automática que haya que aceptarla en un caso en particular.

Hoy en día se ve como la violencia verbal, que como dije más arriba solía ser patrimonio de las canchas de fútbol o de las salidas de los boliches nocturnos, se va apropiando de la totalidad del espacio público. Y aparece con toda claridad que es una nueva arma de las minorías para forzar una reacción, una sobrereacción si fuera posible, por parte del gobierno. ¿Qué pasaría si después de una manifestación con un altísimo grado de violencia verbal como la última que tuvimos, se aplicara una represión sangrienta? Lo más probable es que esa actitud represiva diera pie a una reacción local e internacional de límites imprevisibles.

Hay que decir que después de ver un programa de Lanata, es de una madurez extrema poder mantenerse ecuánime. Sólo quien trabaja habitualmente con problemas mentales podría hacerlo con naturalidad, para los demás la incitación a la violencia concreta es casi insoportable. Pero hay que soportar.  Salvo que soportar tal vez obligue a los violentos a redoblar la apuesta. ¿Qué pasaría si se escapa un muerto? En la última manifestación se pasó muy cerca. 

sábado, 20 de abril de 2013

Democratizar a la justicia

Democratizar a la justicia tiene un no se qué de slogan, pero no lo es. Y no lo es porque la justicia en Argentina nunca fue democrática, y no sólo en el sentido de no seleccionar a sus miembros mediante métodos electivos, lo que uno asociaría a la palabra democracia, sino en el sentido de ofrecer y garantizar iguales oportunidades y deberes a todos los ciudadanos. Tanto a los que son parte de la justicia como a los que la padecen.


 La justicia argentina siempre fue elitista, corporativa y nepotista , que es como decir, profundamente antidemocrática. Un reducto de los que hicimos el país, como ellos mismos dicen, que pasan de padres a hijos o parientes los privilegios de decir qué está bien y qué está mal, quién tiene razón y quién no la tiene. Olvidándose que al país no sólo lo hacen los que lo gobiernan sino también los que se desloman todos los días para servirlos. Incluyendo a los migrantes tan desprovistos como lo fueron sus propios abuelos. Y los demás.

El poder judicial es un poder elitista lleno de los mejores apellidos, los más tradicionales. ¿Y por qué es así? La respuesta es tristemente sencilla, porque desde la justicia se puede controlar todo, desde las decisiones de los otros poderes hasta la titularidad de los bienes inmuebles. Cualquier abogado con experiencia puede aclarar esto confirmando la condición de discrecionalidad y arbitrariedad con que un juez puede decidir sobre cualquier cosa. En este país, dicen, la última palabra por disparatada que sea la tiene el juez. Y luego la corporación, representada por sus pares sociales en una Cámara de Apelaciones y muy frecuentemente en la Suprema Corte, es difícil, por no decir imposible, que lo contradiga, sobre todo si está en juego algún privilegio de clase.

Para dejar aún más claro qué significa el privilegio social que tiene la clase alta de poner jueces, conviene reafirmar que una justicia como la que tenemos implica dejar en manos de una especie de aristocracia casi siempre de derecha y autocrática, las decisiones del estado. Esos señorones de múltiples y patricios apellidos pueden aceptar o rechazar una decisión de cualquiera de los otros poderes con sólo acusarla de inconstitucionalidad. Y si esa acusación les resulta demasiado indecorosa, si el decoro del que tanto hablan y tan poco practican existiera, pospondrían las sentencias mediante medidas cautelares que dejarían todo como está durante plazo tan largos como se les diera la gana.

En este tema, como en otros que hemos visto últimamente, buena parte de la clase media cree que tiene los mismos privilegios que el patriciado solamente por acompañarlos en sus intereses. Y como en el caso de la defensa que suelen hacer del neoliberalismo económico, serán ellos mismos los primeros en pagar el pato. Una forma de suicido de la que gozan los que se dejan arrastrar por los poderosos y sus medios y no dan ni una miserable miradita al mundo con sus propios ojos.

viernes, 19 de abril de 2013

Teatro de variedades I


Sexo aéreo


Teatro de variedades
Mujica y Cristina en el mismo avión. En un caso flagrante de autoreferencia linkeo a mi propio sitio, al artículo http://enrealidadhoy.blogspot.com.ar/2013/04/fuera-de-contexto-cualquier-cosa.html. Ya parece ser una costumbre que el Pepe y Cristina viajen en el mismo avión cuando hay eventos importantes de Unasur. De todos modos, que los augures de desastres y hecatombes no se hagan mala sangre, ellos no están interesados por lo que pueden hablar esos dos estadistas en la duración de un vuelo, les importa mas sostener el rumor de una sexualidad descontrolada de nuestra presidenta, que algunos acusan de ninfomanía. A lo mejor podemos hablar de una relación clandestina tanguera y rioplatense entre ambos presidentes. Al fin de cuentas la sexualidad de la tercera edad es más y más aceptada por los jóvenes y Pepe y Cristina no deben tener nada más importante que hacer que planificar sus escapaditas en el Tango1. Cosa vederes, Sancho: ¡Sexo a diez mil metros de altura! Casi como Emmanuelle, ¿viste? Bueno, ¿no decían de Roosevelt que era un rengo de mierda, gay y comunista? Por qué menos.


Con quién se junta la oposición. Una mirada sobre la marcha del día 18 de abril.

No hay caso, no puedo aceptar ninguna excusa respecto a marchar codo a codo con una banda de asesinos y torturadores nazis. Qué hacen el rabino Berman, Victoria Donda, del socialismo Rosarino, los progresistas del Pino Solanas, los izquierdistas de algunos partidos más o menos marxistas, los sindicalistas más corporativos y reaccionarios y todo el mundo supuestamente anti política. Todos sabemos que la política real exige taparse la nariz más de una vez. Pero todo tiene un límite.
¿La biblia junto al calefón? Volvé Discepolo, todo perdonado.

sábado, 13 de abril de 2013

Los drones, el mundo que viene

Los drones son aviones teleguiados. Algo así como piezas de un aeromodelismo sofisticado provisto de una o más cámaras que permiten al piloto, cómodamente instalado en otra parte, hasta a veces en otro continente, guiarlo con una relativa precisión.
El primer contacto que tuvimos con estas máquinas, por ahora las reinas de los daños colaterales, fue en las guerras imperialistas en Irak y Afganistán, donde fueron probadas a un costo enorme de vidas civiles. Por eso uno siente un rechazo visceral por los drones y no sólo por la reacción que se suele tener a toda novedad tecnológica, sobre todo cuando sus primeras expresiones son la vigilancia y la masacre.

Sin embargo, el campo de aplicación de estas nuevas tecnologías, hijas de la aeronáutica, las computadoras, los GPS, Internet y técnicas de WI-FI, es mucho más amplio que el militar. Aunque como siempre sucede, el militar sea el primero en aprovecharlas. No hay que olvidar que Internet nació como una red militar manejada por el Pentágono.
Drones - Cuadricópteros
Hay un enorme campo de aplicaciones para los drones. No sólo el ataque a riesgo nulo en vidas humanas para el atacante o la vigilancia urbana (*) sino que tiene muchísimas aplicaciones apasionantes en la producción agrícola. Con su capacidad de visión en cualquier rango del espectro luminoso, radar, microondas, infrarrojo, rayos gama, etc., serán la herramienta ideal para controlar desastres de todo tipo, incluidos los nucleares u otros en los cuales la presencia humana sea imposible o muy peligrosa.
Así que a corto plazo veremos helicópteros miniatura, con diseños a veces extraños o más propios de los efectos especiales de películas de ciencia ficción, rondar por sobre nuestras cabezas, vigilándonos, midiendo los metros cubiertos por nuestras construcciones, contando los participantes a una manifestación, fotografiando nuestras desnudeces en las eventuales sesiones de sexo al aire libre y, mediante tecnologías que ya no son sólo propias del cine, atravesando las paredes para producir lo que a la larga nos obligará a una redefinición de la intimidad.

Si uno es paranoico, a uno lo esperan tiempos aciagos.

…….
(*) Para los que piensan que este tema está lejos de nuestro país, les cuento que en el partido de Tigre, Provincia de Buenos Aires, ya existe un “cuadricóptero”, cuatro brazos con una hélice en cada extremo, drone de un par de kilos capaz de volar a batería durante una hora y hasta tres mil metros de altura. Está provisto de una cámara que junto a las fijas en tierra, será monitoreada por la policía.
En algunas jugueterías de Buenos Aires se venden helicópteros en miniatura provistos de cámara wi-fi. No cuestan mucho más de trescientos pesos y la publicidad dice que son ideales para ver por encima de la medianera cómo toma sol la vecinita. Algunos drones de alta calidad que se ofrecen al público pueden ser manejados desde cualquier smartphone.

jueves, 11 de abril de 2013

Los que miran de lejos II

Es necesario que alguna gente se dé cuenta de una vez por todas del estado en que se encuentran tantos de los que sufrieron la inundación en La Plata y alrededores. Parece ser que para unos cuantos el incidente es tan lejano que no se dan cuenta de que todavía, para muchas personas, se está lejos de poder encarar cuestiones profesionales o de trabajo. Tener la casa bajo el agua, de noche y a oscuras, es un evento traumático mayor, que tal vez a algunos les determinará la vida futura. A ver si se dan cuenta de una vez por todas. Propongo que algunos ejemplares de clase media se hagan a la idea de lo que significa una casa típica de su misma clase en la que el agua ya superó el metro de altura. Y de lo que sucede con el resto de la población.


No hay luz, apenas si se logró encender una vela que ya se está apagando o que se apagó porque alguien no tuvo cuidado y le hizo viento. La linternita del nene, de led, duró apenas quince minutos. La del camping, la que se carga dando vueltas a una manijita, quedó vaya a saber uno dónde, posiblemente en un estante que ahora está bajo el agua en el que se suelen poner las cosas de las vacaciones. Además, seguro que se mojó y que ya no sirve.
Al principio el dueño de casa puso a los chicos en el auto, cuando todavía tenía esperanzas de poder escapar, pero tuvo que volver a sacarlos porque se hizo evidente que el auto flotaba y que sería arrastrado por la corriente en cualquier momento. La terraza es el único lugar sobre el agua que queda y aunque la temperatura no es demasiado baja como todos están mojados se siente frío. A lo lejos, en la negrura completa, se escuchan gritos y palabras de urgencia desalentada.
Cuando consiguió que los chicos dejaran de llorar y se quedaran dormidos empezó a llorar la mujer, que después de soportar todo y dar una falsa sensación de fortaleza, no paró de llorar. Él no se anima a tocarla, se siente culpable aún sin darse cuenta. ¿Cuánto faltará para que amanezca?

En un rinconcito, el único que consiguió en el centro de refugiados, la mujer de espaldas a la pared, no intenta dormir, no vale la pena. Los chicos duermen desparramados por todas partes, algunos quejándose en sueños, y hay otras madres. Las más jóvenes duermen, lloran y algunas hablan entre ellas muy bajo. En el fondo unos muchachitos se ríen fuerte. Los adolescentes siempre se ríen, pobrecitos.
El marido volvió para proteger la casa de los merodeadores que seguro se aprovechan. Ella trató de convencerlo de que no fuera, para qué vas a volver, total no quedó nada que sirva, ni televisor de plasma, la más reciente adquisición de la familia, ni garrafa, ni cocina, ni camas, ni ropa, ni nada. Todo se lo llevó el agua. Ni siquiera sabe si las paredes aguantaron, lo más probable es que se hayan caído. A lo mejor el marido se ahoga, o se lo matan. Pero quién lo convence a él de quedarse entre mujeres y chicos. Casi todos los hombres, salvo los muy viejos, se fueron para cuidar o ayudar, eso fue lo que dijeron.
Alguien está vomitando.

No pretendas que te traigan los papeles que les pediste, o que te hagan el trabajo que te prometieron sin falta. Si hace tres días, o una semana, que no viene a trabajar, no busques sustituta. Si no podés ayudar al menos tratá de ponerte un poco en el lugar de ellos. No los molestes. Dales tiempo, el que necesiten para poder arrancar otra vez. Tanto los que sufren como los que se desloman ayudando están mal dormidos y tantas veces al borde de la desesperación. No te ofendas, entonces, si no te contestan de buen modo. Y tampoco te burles de sus canciones o de las extrañas parejas, del estilo de un villero de Unidos y Organizados con una rubia de Cáritas, que se forman en medio del trabajo. Todos son jóvenes y están comprometidos con los demás, con el prójimo.

miércoles, 10 de abril de 2013

Los que miran desde lejos

En medio del trabajo de días, tal vez sin dormir una o más noches, frente al horror de la muerte y las pérdidas irreparables de gente entre el llanto y la parálisis del no saber qué hacer frente al desastre, están los jóvenes preocupados y solidarios. Pero también aparecen, muy lejos de la acción, algunos puristas que discuten si la ayuda se hace del modo formalmente correcto más allá del tiempo y forma en que debe ser hecha.
La verdad, que no sólo la injusticia de los que juzgan desde lejos, sino el uso que se hace de esas discusiones, bizantinas en momentos como estos, tapan las preguntas más serias, esas que ponen incómodos a todos. Como, por ejemplo: ¿se previó lo necesario? ¿Hay culpables? Y no a la espera de respuestas por sí o por no, sino con datos precisos de qué es lo que se debió haber hecho y por qué no lo hicieron los responsables en el caso en que los hubiera.

Las camisetas de Cáritas o los uniformes de los Boy Scouts no parecen molestar a nadie, las agrupaciones juveniles de los partidos la mayor parte de las veces, sí. Sobre todo si representan intereses antagónicos a los de las empresas poderosas. Y ni hablar cuando, además, son masivos y eficientes.

domingo, 7 de abril de 2013

Fuera de contexto, cualquier cosa

Kirchners
Primero habría que considerar si ese ruido de fondo, después de que Mujica, el presidente de Uruguay, hablara, fue en efecto un comentario hecho por él y si realmente dijo: la vieja es peor que el tuerto, refiriéndose a Néstor Kirchner y a Cristina Fernandez de Kischner. Tampoco, de ser verdad, ese comentario afirma o niega el antiargentinismo folclórico, visceral y futbolero de toda la sociedad uruguaya ni la poca importancia que tiene, sacando a algún sicópata que nunca falta, ni para uno ni para ellos mismos. Como argentino, es casi imposible estar en Uruguay y no escuchar algún comentario humorístico, irónico o desubicado, sobre los porteños, categoría que incluye a todo los argentinos aunque hayan nacido a dos mil kilómetros de Buenos Aires. Disparate geográfico del mismo tenor que el que cometemos nosotros al llamar gallego a un andaluz o tano, abreviatura de napolitano, a un elegante turinés.

Pepe Mujica
Pero aún si la grabación de ese barullo dice lo que dicen que dice, ¿qué significado tiene? Una frase de registro popular sacada de contexto puede significar cualquier cosa. Por lo que rasgarse las vestiduras sacando conclusiones de un texto de esta naturaleza, negándole toda ambigüedad semántica, es una frivolidad propia de una sociedad en la que para mucha gente la cultura parece pasar sólo por el saber de vinos, tomarse vacaciones en Vietnam o algún otro lugar equivalente para gente como uno, comer sushi disfrutando del arroz gomoso que necesitan los orientales para poderlo levantar con los palillos y otras gansadas por el estilo. Dicho sea de paso, se ve que los cambios sociales asociados al simple aumento de la riqueza son más rápidos que los culturales. Educar es mucho más lento que alimentar. Y nadie puede negar que es una suerte que así sea ya que es difícil educar a alguien mal alimentado.

Si hay una voz que es capaz de entender la ambigüedad del lenguaje es la vox populi. Es desacreditarla simplificar todo a una lectura literal.
Para demostrar la necesidad absoluta de incluir un texto popular en su contexto correspondiente voy a dar un ejemplo extremo y a tomar, de su evidente polisemia, sólo dos interpretaciones:

"Este bizco hijo de puta me cagó la vida"
  • Lectura 1ª: Esta persona horrible arruinó mi negocio.
  • Lectura 2ª: A partir de este genio tuve que rever mis conceptos sobre la política real.

Se podrá argumentar que por una cuestión de diplomacia, un presidente debe cuidar sus palabras. Salvo que por más presidente que sea, si no está hablando en público habla como cualquier hijo de vecino y se expresa casi siempre en los mismos términos en los que se expresa el pueblo al que pertenece, salvo que sea de bronce, como sucede algunas veces.
Poner un micrófono delante de una persona sin avisarle o usar material grabado no autorizado no es una práctica correcta, es moralmente objetable y equivalente a editar textos para hacerle decir al entrevistado lo que al periodista se le dé la gana.

En otro orden de cosas, que al fin de cuentas no lo es tanto, quiero recomendar esta nota de Gustavo Primucci, persona que no conozco personalmente, pero que ya admiro. Este uruguayo radicado en Tandil, Argentina, escribió un a nota en el correo de lectores de tandildiario.com que no tiene desperdicio. Es ese tipo de notas que uno quisiera haber escrito. No sólo por su claridad sobre el uso que hace la oposición argentina de los supuestos dichos del Pepe, sino por el profundo análisis de la situación uruguaya. Por fin un análisis que como casi siempre sucede, sólo un local puede hacer. Si alguien quiere saber cómo puede ser que un país con un presidente ex Tupamaro siga sin poder despegar de una vez, no debe dejar de seguir este link.


viernes, 5 de abril de 2013

Banana continent

La verdad es que Europa se ha convertido en un Banana Continent, un continente banana. Sólo en un continente de cuarta categoría pueden pasar cosas como países manejados por técnicos de los bancos, tener un presidente delincuente, putañero y ridículo como Berlusconi, cerebros privilegiados como el de Rajoy, una presidente alemana de la que se dice que entregó a su propio padre a la Stasi, la policía secreta de Alemania Oriental, o un presidente que tiene como contendiente en las internas de su partido a su ex esposa.
Eso no pasa en un país serio, en ningún país latinoamericano sucedería algo así. Aquí marido y mujer tiran juntos del carro, como la decencia impone, caramba.

Camello a la cacerola con papas
Todos los días se agrega a la lista de las barbaridades que se cometen en la realista y mágica Europa, otro absurdo. Este que voy a contar aquí al menos sólo arranca sonrisas y no lágrimas y sollozos.

Parece ser que alguien, algún comerciante francófilo, decidió regalarle a F. Hollande un camello, un dromedario de carrera, en agradecimiento por la intervención armada en Mali que espantó, al menos por un rato, a los fundamentalismos y al islamogangsterismo.
El pobre Hollande, después de un par de sonrisas forzadas y un chiste para la ocasión, respecto a que lo usaría como transporte lo más que pudiera, decidió dejarlo en Mali. La razón: una gran conciencia ecologista que le indicó que por razones humanitarias convenía dejar el camello en un lugar donde las condiciones climáticas no lo sometieran a stress. Y, claro, difícil permitir a un camello, por más dromedario que fuera, cagar los adoquines de Matignon. Pero la historia no termina aquí.

Unos días más tarde, un sitio web de Malí afirmó que el dichoso animal había sido robado a un campesino árabe, en un campo de refugiados en Ambra, cerca de la frontera con Mauritania. Merde!, habrá pensado Hollande, esto se complica, es darle argumentos a Sarkozy y a mi ex, la jolie Ségolène, que esperan cosas de este tenor para seguir rompiéndome las pelotas.

Dicen que, durante una reunión de ministros, se comunicó a Monsieur le President que la familia encargada de cuidar al camélido había decidido comérselo y así dar por terminado el incidente. Un educado eructo y a otra cosa mariposa.

Como digo, en el mundo surrealista europeo, todo es posible. Mejor alejarse de esa clase de gente y seguir trabajando con seriedad y confiabilidad en América Latina. Bué, algunos vidrios de colores se les pueden vender a los europeos, tal vez tapándose la nariz, al fin de cuentas: negocios son negocios.

miércoles, 3 de abril de 2013

Morir en buena salud

Jeanne Moreau, nació el 23 de enero de 1928, por lo que hoy en día tiene ochenta y cinco años, de madre inglesa y padre francés. Y si bien se la considera una actriz francesa, parisina, habla perfectamente la lengua de sus dos padres. Lo que le permitió filmar tanto en Estados Unidos o Inglaterra como en Francia.

Jeanne Moreau hoy
Actriz de cine y teatro, cantante, directora, productora y escritora de cine, casada dos veces y amante de unos cuantos de los hombres más importantes del mundo cultural de la segunda mitad del siglo XX, Jeanne Moreau fue en su juventud una mujer de una belleza particular. Modo un tanto eufemístico de decir que no era muy linda. Pero tenía una forma de caminar con un movimiento especial que era su marca registrada. Hay muchas mujeres que tienen una buena imagen si se las mira de atrás, pero casi todas la basan en el mismo modo de moverse. Algunas más sensuales que otras, con mayor o menor desplazamiento de las caderas, pero todas en base a un movimiento de bamboleo parecido. Jeanne Moreau era otra cosa, que no voy a describir aquí ya que hay muchísimas películas en las que se puede ver ese notable talento en acción. Además, quién se atrevería a describir algo semejante. Yo no. Me alcanza con la expresión de mi admiración. Digamos, para terminar de aclarar, que estar sentado en un cine con una amiga y ver en la pantalla como Jeanne Moreau se aleja, es tan incómodo como ver una película porno al lado de un desconocido.

Además de sensualidad inquietante por la insinuación de una cierta perversión que transmiten sus ojos y sus gestos y por la mencionada forma de irse, Jeanne Moreau es una intelectual, una mujer brillante e inteligente de la que es un placer oír, más allá de sus obras profesionales, tanto sus historias como sus concepciones sobre el arte, la vida y todo aquello sobre lo que ella decida que vale la pena discurrir.

Hace poco, en una entrevista, declaró ante la pregunta inevitable que se hace a un triunfador que se acerca al fin de la vida, de si temía a la muerte. Contestó que no, que no tenía miedo, sólo esperaba morir en buena salud.


Morir en buena salud. Esa frase encierra la verdad humana, diría universal para todo ser vivo, de un concepto sobre la muerte que las sociedades occidentales parecen haber perdido. La muerte, no concebida como enfermedad, sino como fin inevitable de toda vida. Uno muere sólo porque era la condición para haber vivido. Que el cuerpo diga basta no implica ninguna enfermedad, sólo que ya llegó el momento, año más o año menos, naturalmente prefijado. Claro que muchas veces la enfermedad hace que ese momento se adelante. Y con la debilidad que la decrepitud suele producir, aún más, lo que tiende a inducir a error.

Como dirían en la cancha: ¡No te mueras nunca Jeanne! Sos la clase de mujeres francesas que con Simone Signoret, Simone de Beauvoir y tantas otras, formaron el mejor equipo femenino del mundo, y representaron un momento cultural extraordinario. 


lunes, 1 de abril de 2013

Pobres, ricos, golpe de estado y voto calificado

Los pobres votan a quien les da más


De todas las estupideces declamativas que se escuchan estos días, la de que los pobres votan a quién les da más, o a tal o cual candidato porque les conviene, es una de las mayores.

Ricos
Y digo estupideces porque no tienen ningún valor. No es ni una equivocación ni la expresión de otra vertiente ideológica, hasta la mayor parte de las veces es verdadero. Lo disparatado sería pensar, al menos en un mundo capitalista donde el propio éxito es el objetivo más preciado, que alguien vote en contra de sus propios intereses por alguna u otra razón. O ahora resulta que los ricos votan sólo por motivos morales o altruistas.

Los pobres votan al candidato que les conviene


Y la respuesta podría ser afirmativa. Los ricos tienden a convencerse de que sus razones están basadas en cuestiones morales y altruistas. El puritanismo les dio la justificación que necesitaban. Votar por la propia conveniencia es votar la palabra del Señor. La riqueza en sí es la demostración palmaria de que Dios los había preferido. Y esa preferencia debía estar basada en una razón suficiente. No iba Dios a premiar al réprobo, no cometería tamaño error. Por consiguiente el pobre lo era por la misma razón aunque de signo opuesto, si se quiere ser justo. Por algo será que el pobre es pobre. Con seguridad había sido castigado por Dios y por eso su condición.

Los pobres son inmorales


Pobres
Y ya que estamos, valdría la pena mencionar a la visión protestante, optimista y algo esotérica,  que venden los ricos, y que se expresa en el decir que si se desea algo lo suficiente y con suficiente obcecación, se consigue. En consecuencia el pobre lo es por la debilidad de sus deseos de progreso y por su inconsistencia. Si la pasa mal, él se la buscó.
En síntesis, el pobre debe quedar como tal. Y ya que estamos le podemos asignar todos los males. Empezando por lo poco confiable que es en el cumplimiento de los diez mandamientos.

¿Pero no era el reino de los cielos de los pobres? ¿No era que era más fácil pasar un camello por el ojo de una cerradura que que un rico acceda al paraíso?
Es evidente que los católicos, los papistas, están menos equipados para la modernidad. Desde el punto de vista puritano, sustrato moral del capitalismo, parece que hubieran permanecido en el medioevo.

Esto que escribí me parece que se parece a lo que en derecho se llama confusión. Uno es bendecido y maldecido al mismo tiempo por la pobreza o la riqueza. Qué lío, aunque hay que reconocer que la ambigüedad es esencial a cualquier libro sagrado, desde la Biblia hasta el I Ching. Los libros sagrados deben servir a todo el mundo, no importa cómo se sea o se piense.

Voto calificado o golpe de estado


A los poderosos les quedan dos salidas. La primera sería convencer mediante los mass media a los pobres de que voten por los intereses de los ricos. La segunda tiene varias variantes que van desde el voto calificado hasta el golpe de estado. Cualquier sistema que evite que las mayorías, que siempre son de pobres, voten según sus intereses propios. Intereses que por su naturaleza son chabacanos, bajos y egoístas: comer en lugares caros y buenos, viajar por todo el mundo, mandar a los hijos a escuelas de excelencia, sistema de salud de la más alta calidad, etc. 
Los intereses que corresponden, como cualquier persona decente tiene que saber, son los otros, los de los muy espirituales ricos. Que quieren lo mismo, pero en exclusiva.