El Blog de Emilio Matei

jueves, 16 de mayo de 2013

El martirio de Siria

¿Setenta mil? ¿Ochenta mil? No importa, la cifra parece carecer de importancia. Lo real es que los sirios siguen muriendo en manos de cualquiera. Puede ser del gobierno de un autócrata que no está dispuesto a irse, cosa lógica porque no parece haber quien lo quiera recibir, o las manos asesinas pueden ser de una banda heterogénea de liberadores, muchos de ellos Jijadistas de diversas variantes del fundamentalismo árabe, apoyados por europeos o norteamericanos.

¿Cuál es el objetivo de esta guerra sangrienta? No está claro. Israel pretende debilitar a un país con el que siempre la guerra es una posibilidad inminente, Estados Unidos tal vez pretenda quitarle a Rusia su última base naval en el Mediterráneo o quedarse con los clientes que compran armas a China, Europa que quiere que no la dejen afuera de la geopolítica mundial y que tal vez, como en Libia, termine haciendo el trabajo sucio sin quedarse, prácticamente, con nada del botín.
La cuestión que los Israelíes bombardean Damasco, a un supuesto depósito de armas entregadas por los Iraníes a Hezbollah, según dicen. Aunque parece que John Kerry dice que lo que bombardean los israelíes son depósitos de gas Sarín. ¿Habrán sido dos bombardeos diferentes? Quién lo sabe y a quién le importa saberlo. Total, cada cual declara lo que cree que le conviene.

Mientras tanto la gente sigue emigrando o sucumbiendo. El gobierno bombardea sin hacerse problema por los civiles y la última moda de los rebeldes es filmarse mientras arrancan las viseras de algún soldado caído y luego suben los videos a Internet para mostrar en las redes sociales lo feroces que son.

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