El Blog de Emilio Matei

viernes, 24 de mayo de 2013

Micro terrorismo

La miseria, y la locura a la que con frecuencia induce, encuentra siempre la manera de expresarse. Los que no tienen nada que perder son el máximo peligro en una sociedad que, hoy en día globalizada, produce cada vez más gente que no tiene nada que perder.

Asesinato Terrorista en Londres
Cualquier especialista en seguridad dice que un hombre dispuesto a perder la vida es casi imposible de detener. Si su fin es el de matar a un jefe de estado o a cualquier otra figura de la misma dimensión, es muy probable que lo logre, por más esfuerzos que se haga por protegerlos. 
Podría apostar a que todas las figuras importantes, desde el Papa hasta los presidentes de los países, lo saben y no pueden evitar soñar muchas veces con ese momento imprevisto pero previsible en el que alguien apretará el gatillo y los matará.

Todos los libros sagrados, desde la Biblia hasta el Corán, tienen momentos de extremada violencia y crudeza. Y siempre habrá alguien que justificará sus actos por el mandato divino que impulsa a esas actitudes o que, como mínimo, las admite.

La suma de la miseria, el nada que perder, el desinterés por la propia vida y la autorización divina, deja que algunas personas se permitan, por ejemplo, asesinar a sus enemigos, arrancarles el hígado y apoyarlo sobre sus propios labios como forma de demostrar su desprecio.

¿Es ese el futuro del terrorismo? ¿Un micro terrorismo realizado por  personas guiadas por mandatos casi prehistóricos atacando, matando y mancillando cadáveres? Tal vez, los miserables de la tierra se vengan de tanto abandono y desprecio como pueden y no con la elegancia con que algunos hacen desaparecer la sangre y los cadáveres.

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