El Blog de Emilio Matei

martes, 31 de enero de 2017

La puta buena conciencia mata otra vez


Donald Trump
 ¿Se acuerdan de Malvinas? Todas las buenas conciencias, las nacionalistas, las de izquierda, las de derecha, clamaban por la Argentina que enfrentaba al Imperio. Señoras de beneficencia donaron sus collares, mujeres pobres donaron su oro, y si no lo tenían, al menos compraron un chocolatín y pusieron en su interior una cartita para el soldadito, artistas plásticos donaron sus obras tanto en Argentina como en otros países de Latinoamérica, en solidaridad de la Patria Grande en contra del Imperio, siempre enemigo común. Y todo eso fue a parar a manos de la basura local, a los mismos que los condenaban a la miseria o, directamente, a la muerte.
No se trata de tomar partido por una u otra parte, se trata de no simplificar para no verse obligado a salir corriendo, el rabo entre las piernas, ante una realidad que te hace ver como un estúpido.
Hasta hace muy poco el presidente de Estados Unidos carecía de decisión propia, no era más que un títere en manos de las grandes corporaciones. Hasta hace poco el libre comercio era una trampa que ponían los países poderosos a los más débiles. Pero parece que ahora resulta al revés. El presidente es el verdadero artífice de las políticas de Estados Unidos y el terminar con el libre comercio resulta una maniobra contra los países dependientes.

Muchachos bienintencionados, larguen los panfletos por favor, un poco de espíritu crítico y de mirada sobre la realidad no muerde. 

-¡Qué horror, cómo pueden votar a un tipo así! La culpa es del sistema electoral norteamericano. Menos mal que aquí el sistema es mucho mejor, aquí nunca habría ganado Trump.
(Apócrifo escuchado en Puerto Madero)