El Blog de Emilio Matei

jueves, 9 de octubre de 2014

Decivilizar o incivilizar

Al verbo civilizar lo acompaña el adjetivo civilizado. Incivilizado, está también en el benemérito Diccionario de la RAE, existe y es un adjetivo. El verbo incivilizar, con su sinónimo decivilizar, no. A lo mejor en la historia no se consideraba siquiera la posibilidad de enviar un hombre civilizado a un estadio anterior. No existía una visión del mundo que la justificara. Pero eso cambió. Los norteamericanos ya imaginaron  hacer volver una sociedad moderna a la edad de piedra, o al menos eso era lo que consideraban hacer, según reveló hace un tiempo Le Nouvel Observateur, con los iraníes: atacar a Irán y destruir todo lo que lo convertía en un país moderno. Centrales eléctricas y puentes, rutas y emisoras de radio y TV.

El proyecto de destrucción de Irán quedó suspendido, eso es obvio. Pero con ajustes parece haber sido puesto en acción con Somalía, Irak, Afganistán, Libia, Siria y La Franja de Gaza. Y a la espectativa con Argelia y Túnez. A Egipto lo salvó la sustitución de los Hermanos Musulmanes, que ganaron las elecciones y prometían un gobierno teocrático y dictatorial  más bien al estilo nacionalista iraní, por un golpe de estado clásico,  a la latinoamericana de los setentas, por parte de militares democráticos de esos que tanto gustan al imperio.


En realidad, una palabra como decivilizar o incivilizar se hace necesaria. Sustituiría un montón de explicaciones sobre la ruptura de los pactos sociales, las soberanías nacionales y tantas otras pequeñas cuestiones legales como el principio de inocencia y la prohibición de la tortura,  que van tendiendo a dejar de existir.

Mujeres en el desierto Afgano

sábado, 4 de octubre de 2014

¿Road test de la OTAN?

La OTAN cada vez se parece más a una federación con capital en Washington. Poco a poco los países participantes van perdiendo independencia e identidad. Cuando se organiza un bombardeo ya nadie toma muy en cuenta cuál es la conformación nacional de naves y pilotos, total, da lo mismo. Por eso cuando pienso en las Islas Malvinas, no pienso en la nacionalidad que predomina entre los ocupantes ni a quién responde desde el punto de vista burocrático en la superficie. Para mí es una base de la OTAN y listo, cualquier otra interpretación me parece una pérdida de tiempo. ¿O alguien puede pensar que Inglaterra se atrevería a llevar adelante una acción contra Argentina, léase América del Sur, sin la previa aprobación, cuando no la indicación, de Estados Unidos?

Estos días una comitiva bastante amplia de un programa de televisión de la muy independiente BBC,  recorrió la Patagonia(*). Las chapas patentes de los vehículos recordaban las fechas de la Guerra de Malvinas y el número de muertos. Una provocación en toda la línea. Aunque no termino de decidirme cuál es el objetivo de esa provocación. Se me ocurren dos posibilidades: la paranoica y la sociológica, por llamarlas de algún modo.

La paranoica: Poco simpática. Apunta a suponer que este programa de la BBC tenía como objetivo hacer un control de calidad de los movimientos necesarios para producir un incidente que permita algún tipo de respuesta armada de la OTAN por estos lares. Lo que pondría al movimiento de estos coches por la Patagonia dentro del diseño de una conspiración organizada por alguna rama de los servicios de informaciones del Imperio. Es claro qué, debo reconocer, ya se sabe lo fácil que es imaginar conspiraciones si no hace falta probarlas.

La sociológica: Menos simpática todavía si bien mucho menos peligrosa. Se explicaría por la visión que venden la mayor parte de los medios en Europa de lo que es Argentina y su presidenta, una especie de Mussolini en polleras que maneja a un pueblo de casi débiles mentales que la sigue como borregos al matadero. En este caso, no se trataría de una provocación, sino de una broma privada que les salió mal dirigida a demostrar qué vivos son ellos y qué idiotas nosotros.


viernes, 3 de octubre de 2014

La dimensión de internet

Internet no está en otra dimensión, está donde estamos todos. Por lo que es difícil que tenga muchas más aberraciones, o más certezas, de las que podemos encontrar en las otras fuentes de información que manejamos. La diferencia está en la en la facilidad de acceso y la consiguiente socialización de la información que produce, más un pozo sin fondo de nuevas posibilidades a descubrir. Y esto, desde la invención del telescopio o de la imprenta, pone nerviosos a los que no la entienden, no la pueden manejar o no quieren tomarse el trabajo de entenderla y, sobre todo, a los sacerdotes del conocimiento que reclaman para sí el monopolio y los consiguientes privilegios que éste otorga.

No me cabe duda de que así como la imprenta produjo más lectores, internet va a producir más científicos. Y sí, también más esotéricos, más pedófilos, más delirantes, más artistas... Y cada cual deberá, mal que le pese, enfrentar a muchos más competidores. Y eso, como dije, pone nerviosos a algunos.

Como agregado habría que decir que cada avance tecnológico produce un cambio en la cosmovisión, un cambio en la conciencia de la realidad que tenemos. Y el signo de ese cambio para mí es, a la larga, positivo. Al menos cuando me siento optimista y miro a la edad que alcanzan algunas personas por estos tiempos y no a las guerras nuestras de cada día.